martes, 5 de octubre de 2010

Crisis del 29 y surgimiento de los movimientos totalitarios

Grupo: 5 ¿Qué pasaba en el mundo?
1.La crisis en el mundo
La crisis de 1929 se había expandido a Europa y repercutido en América Latina. Para paliarla, el presidente de los Estados Unidos emprende un programa de reformas al que denominó New Deal (que significa "dar de nuevo las cartas", y que se traduce como "nuevo trato"). Las medi¬das adoptadas tenían como característica suplantar el liberalismo económico absoluto por uno más controlado, siguiendo una postura keynesiana. John Maynard Keynes sostenía que el Esta¬do debe intervenir activamente en la economía para fomentar el empleo, estimular las inversio¬nes y moderar el crudo juego de la oferta y la demanda (es decir, dejar de lado las "leyes del mercado" que ya no funcionaban automáticamente). Aplicando esta teoría se cerraron los ban¬cos deficitarios, se devaluó el dólar, se defendió a los trabajadores fijando jornadas máximas de trabajo y salarios mínimos, se protegió a los agricultores endeudados, se realizó una reforma agraria y se emprendieron grandes obras públicas que no sólo ayudaron a reactivar la econo¬mía sino que también dieron trabajo a una cantidad de personas desempleadas por la crisis. En América Latina se tomaron medidas de intervencionismo estatal, similares a las de Estados Unidos en el plano económico pero no en el plano social (excepto en México): las subvencio¬nes a la producción benefician sobre todo a los grandes terratenientes y no a los sectores más humildes. Los países latinoamericanos, mayoritariamente monoproductores, resultan perdedores en el intercambio: se les paga menos por las exportaciones de materias primas, y se les cobra más por los productos importados. Esto favorece la industrialización por sustitución de impor¬taciones, aún más desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa necesita las materias primas latinoamericanas pero no puede ofrecerle productos industrializados. Estados Unidos trata de cambiar la dura política intervencionista (la del "garrote") por una más suave (la del "buen vecino") durante las presidencias de Hoover y de Roosevelt, que pre¬fieren otorgar importancia creciente a las organizaciones panamericanas. De todos modos su política es diferente en los países cercanos donde sus capitales desempeñan un papel primor¬dial, que en países más desarrollados y alejados de su influencia directa, y donde reemplaza la invasión directa por la dominación del comercio y los capitales norteamericanos.
2. Dictaduras y revolución en América Latina
Los regímenes dictatoriales en los países latinoamericanos fueron (según el historiador Halperín Donghi) herencia de la ocupación militar estadounidense: los jefes de las guardias na¬cionales, favorecidos por el ejército de ocupación norteamericano, cuentan ahora con un apa¬rato militar independiente de las bases tradicionales del poder.
En Nicaragua la intervención militar estadounidense se enfrenta-con la oposición armada de Cé¬sar Augusto Sandino, quien murió asesinado en 1934. En 1936 se inicia la dictadura de Anas¬tasio Somoza, apoyada por los Estados Unidos, que a cambio instalan en el territorio nicara¬güense compañías fruteras norteamericanas. En la República Dominicana el dictador Rafael Leónidas Trujillo usurpa el gobierno, también apoyado por los Estados Unidos, que instalan en el país compañías azucareras. Ambas dictaduras fueron tan absolutas, cáseles y despóticas que la única forma de darles fin fue el asesinato (el de Somoza en 1957, el de Trujillo en 1961). En México, en cambio, Lázaro Cárdenas forma el Partido Revolucionario Mexicano integra¬do por comunistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la Confederación Nacional de Campesinos, que acelera el proceso de distribución de tierras, la crea¬ción de cooperativas, la nacionalización de ferrocarriles y de compañías petrolíferas. En Brasil, Getulio Vargas es elegido presidente después de un pronunciamiento revolucio¬nario. Promete la reforma agraria, la promoción industrial, la construcción de escuelas y uni¬versidades, el mejoramiento de la condición del trabajador, etcétera. Tras un levantamiento de la oposición, Vargas comienza a perseguir a comunistas militares y civiles, y en 1937 crea las bases del Estado Novo, de clara orientación fascista. Pese a ello, la industrialización cre¬ciente y el programa de obras públicas aumentan su popularidad.
3. Totalitarismos europeos
En Europa van ganando terreno los autoritarismos de distinto signo: de derecha, con Mussolini en Italia, Hitler en Alemania y Franco en España; de izquierda, con Stalin en la URSS. El Partido Nacional Fascista de Mussolini había accedido al Parlamento en 1921 por medio cié elecciones, pero para conquistar el poder organizó la Marcha sobre Roma (financiada con el aporte de grandes industriales). En ese momento fue nombrado Primer Ministro por el rey Víctor Manuel, y en poco tiempo llegó a controlar el poder en forma totalitaria, disolviendo los partidos políticos opositores e incluso la Cámara cíe Diputados en 1939. Por su parte, Hitler supo capitalizar el descontento alemán por las cláusulas del Tratado de Versalles (con el que terminó la Primera Guerra Mundial). El Partido Nacional-socialista de los Trabajadores -o Nazi- fue ganando bancas en el Parlamento hasta que en 1932 alcanzó la mayoría y Hitler fue designado canciller. Con la muerte del presidente Hindenburg (1933) el jerarca nazi tomó todo el poder en sus manos y proclamó el Tercer Reich, aboliendo la Constitución republicana de Weimar. Persiguiendo a sus opositores, condujo a Alemania a una rápida, militarización, y trató de llevar adelante el exterminio de los judíos, a quienes qui¬tó la ciudadanía culpándolos de los males que aquejaban a Alemania. Sin embargo, no encon¬tró oposición de otros países hasta que la invasión de territorios invadidos fue notable. Hi¬tler quería conquistar el "espacio vital" para la expansión cié una Alemania poderosa. En 1938 había ocupado Austria y Checoslovaquia, y en 1939 se lanzó contra Polonia, después de ha¬ber firmado con Stalin (URSS) un pacto de no agresión. En ese momento comenzó la Segun¬da Guerra Mundial. En este proceso, seis millones de judíos fueron eliminados durante el Holocausto, un genocidio sin precedentes en la historia de la humanidad. En España republicanos y socialistas habían ganado las elecciones cíe 1931. El rey Alfonso XIII consideró que debía retirarse, y comenzó la Segunda República Española. La nueva constitución establecía el sufragio universal, la libertad religiosa, la separación entre la Igle¬sia y el Estado y la confiscación cíe los bienes del clero, cuyas tierras fueron repartidas entre los campesinos. Los grandes propietarios rurales, la Iglesia y la alta burguesía se opusieron, y la oposición se concentró en la Falange Española. Sin embargo, en 1936 la izquierda (reuni¬da en el Frente Popular) ganó nuevamente las elecciones. Desde Marruecos (que era colonia española) el general Francisco Franco se sublevó en contra del gobierno; la Falange y otras guarniciones españolas se sumaron a él y comenzó la guerra civil española, que dividió al país en dos bandos (.republicanos y falangistas o franquistas) durante tres largos años. Fran¬co triunfó gracias al apoyo que recibió de Mussolini y Hitler. Los republicanos, en cambio, no recibieron ayuda de los países aliados, salvo grupos cíe combatientes voluntarios de todo el mundo que formaron brigadas internacionales. La dictadura de Franco duró hasta su muerte, en 1975. En ese momento se restauró la monarquía constitucional

Fuente: Alonso Maria y Otros., “Historia Argentina del Siglo XX”, Aíque, 1997.

Los partidos políticos en la Década Infame

Grupo 4: Los partidos políticos en la Década Infame
1. La Concordancia y los partidos opositores
En el momento del golpe de Estado, ni el Partido Socialista tradicional ni la Democracia Pro¬gresista lo apoyaron. Sí lo hicieron el Partido Socialista Independiente, el partido conserva¬dor o Partido Demócrata Nacional, los radicales antipersonalístas y distintos partidos provin¬ciales, como el Demócrata de Córdoba, el Liberal de San Luis, etcétera. Este acuerdo entre partidos fue denominado Concordancia.
El Partido Radical había participado en las elecciones de 1931, pero al ganar fueron anu¬ladas. Con el veto de la candidatura de M. T. de Alvear para la presidencia, el partido se de¬claró en abstención electoral (es decir, se abstuvo de presentar candidatos para las eleccio¬nes) hasta 1935. Es por ello que hasta esa fecha el principal bloque de oposición fue la Alian¬za Civil (partidos Socialista y Demócrata Progresista) y luego la Unión Cívica Radical.

Composición de la Cámara de Diputados de la Nación
año Partido UCR Socialista UCR Partido PDP
Conservador Antip Independiente Socialista
1932 56 17 11 — 43 14
1935 57 16 6 — 42 13
1938 59 5 2 64 5 —
1941 45 7 — 73 5 —
1943 48 19 — 63 17 —
La Alianza Civil era antiyrigoyenista, pero no quería enfrentarse al radicalismo porque nece¬sitó de sus votos, mientras el radicalismo mantuvo la abstención: esa fue la causa por la cual tuvo tantos representantes. Si bien aceptaron el papel que los conservadores les quisieron ciar (por medio del fraude no les permitían ganar las elecciones presidenciales, aunque les deja¬ban tener representantes en el Congreso), funcionaron corno voceros de denuncias sobre los negociados y la corrupción imperantes en el gobierno en esa década.
En 1935 el senador demócrata progresista Lisandro de la Torre estaba investigando sobre los incalculables beneficios que desde el gobierno se les estaba dando a los frigoríficos in¬gleses en la Argentina, y la evasión adicional de impuestos sobre el mínimo imponible que se les había fijado. Para frenarlo, el ministro Duhau atacó a puñetazos al senador, y el inci¬dente terminó con el asesinato que un matón a sueldo llevó a cabo dentro del recinto del Se¬nado: tratando de eliminar físicamente a Lisandro de la Torre, mató a su compañero de ban¬cada, Enzo Bordabehere.
El socialista Alfredo Palacios también tuvo una participación muy activa. Propuso numero¬sas leyes que beneficiaban a los pobladores más desprotegidos -fueron aprobadas, entre otras, leyes de protección al menor, a la maternidad, sobre accidentes de trabajo, creación cíe hogares-es cuela- y realizó denuncias de negociados como el de las tierras de Palomar (poco antes de que las adquiriera el Ejército, las compró un particular allegado al gobierno para vendérselas a un precio muy superior).
Después de que la UCR volvió a las acciones políticas, aceptando de hecho el fraude que los condenaba a no ganar la presidencia, no todo el accionar cíe sus miem¬bros fue inobjetable. Sus concejales estuvieron inclui¬dos en el negociado de la CADE (Compañía Argentina de Electricidad) cuya concesión fue prorrogada me¬diante la "compra" de los integrantes del Concejo De¬liberante de la Ciudad de Buenos Aires. Gracias a ello, la UCR recibió financiamiento del monopolio de elec¬tricidad para su próxima campaña política, pero tuvo como consecuencia la caída de su prestigio ante la opi¬nión pública.
2. FORJA y la defensa del patrimonio nacional
Un grupo de radicales yrigoyenistas, críticos ante la conducción alvearista —cuyos intereses coincidían de¬masiado con la oligarquía- terminaron independizán¬dose en 1935, formando una asociación a la que titula¬ron "FORJA"; Fuerza de Orientación Radical de la Jo¬ven Argentina. Al principio eran exclusivamente radi¬cales: Arturo Jauretche, Luis Dellepiane, Juan B. Fleitas, Hornero Manzi; pero luego aceptaron a gente prove¬niente de otros partidos, como Raúl Scalabrini Ortiz. Si bien eran muy pocos y no contaban con el beneplá¬cito de los medios de difusión ni del gobierno, se de¬dicaron a una tarea esclarecedora sobre todos los actos de corrupción y de colonialismo que se estaban llevan¬do a cabo. Con ese objetivo, en los diez años que tu¬vieron de funcionamiento, dieron unas cuatro mil con¬ferencias y publicaron numerosos cuadernos y gaceti¬llas con artículos de denuncias. Se manifestaban en contra de todo imperialismo, ya sea británico o nortea¬mericano, y acusaban a la oligarquía de ser sus agen¬tes en la penetración económica, política y cultural. Consideraban, como Yrigoyen, que debían permanecer neutrales ante los conflictos europeos, y que debían continuar las relaciones comerciales con la URSS, que nos beneficiaban.
Cuando se forma el movimiento militar de coroneles llamado GOU (Grupo Obra cíe Unifica¬ción o Grupo de Oficiales Unidos) que promueven el movimiento que culminará con el gol¬pe cíe Estado del 4 de junio de 1943, FORJA les dará su apoyo crítico. A los nuevos militares que están en el gobierno la crítica no les gusta, por lo que los forjistas terminan en la cárcel. Sin embargo, pronto encontrarán buena recepción en Perón, que convierte a Arturo Jauretche en su consejero hasta 1944. En noviembre de 1945 FORJA considera que sus objetivos se han cumplido, y se disuelve. Algunos de sus integrantes, como Gabriel del Mazo y Luis Dellepiane habían vuelto al radicalismo (Movimiento de Intransigencia y Renovación), otros se unieron al naciente peronismo.
Fuente: Alonso Maria y Otros., “Historia Argentina del Siglo XX”, Aíque, 1997.

El Neocolonialismo económico

Grupo 3 El Neocolonialismo económico
1. Colonialismo: concepto
Colonialismo es la dominación política de un pueblo sobre otro, que implica asimismo el dominio económico y cultural (por ejemplo, nosotros fuimos una colonia española hasta que declaramos la independencia). Hablamos de neocolonialismo cuando se observa una situa¬ción de avasallamiento de un país por otro cuando en realidad detenta formalmente la inde¬pendencia política.
Ya en segundo año habíamos dicho que no hay colonia —o, en este caso, neocolonia— si no hay un pacto o un acuerdo entre las clases dirigentes y el país del cual se está dependiendo. Esta afirmación se torna muy clara cuando analizamos la política que se llevó a cabo en es¬te período con Inglaterra: según el escritor Arturo Jauretche, el "pacto Roca-Runciman" pue¬de ser considerado como el "Estatuto legal del coloniaje"', es decir, la disposición legal me¬diante la cual aceptábamos ser colonia.
2. El pacto Roca-Runciman
El Tratado de Londres realizado entre nuestro vicepresidente Roca y el representante in¬glés Runciman en 1933 (conocido como Pacto Roca-Runciman) fue llevado a cabo para be¬neficiar a un solo sector social (los exportadores ganaderos), pero perjudicó a todo el res¬to del país.
¿Por qué se firmó?
En julio de 1932 Gran Bretaña se reunió en Ottawa con los integrantes del Commonwealtb o "Comunidad Británica de Naciones" (conjunto de países vinculados por lazos históricos y cul¬turales con Gran Bretaña, casi todas sus ex colonias). Éstas le reclamaban a Inglaterra un tra¬to preferencial frente a la crisis: querían que les dieran prioridad para venderle a la madre patria sus productos —que eran los mismos que nosotros le exportábamos: carne y cereales-. El pacto de Ottawa así firmado era una barrera defensiva que afectaba a la Argentina, prin¬cipal proveedor no perteneciente al Commonwealth.
A fin de que Inglaterra nos tuviera en cuenta, nuestro vicepresidente no tuvo empacho en afirmar "La República Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el pun¬to de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico".
¿Qué se aceptó en dicho pacto?
A cambio de que Inglaterra no disminuyera sus compras a la Argentina con relación a 1931/32 -excepto un 10% que Inglaterra se reservaba para "circunstancias imprevistas"—, aceptábamos que esas compras se hicieran en un 85% exclusivamente a frigoríficos ingleses o asociados en nuestro territorio; el restante 15% era para frigoríficos argentinos "que no persigan fines de beneficio privado".
Lisandro de la Torre, denunciando este acuerdo, afirmaba: "En estas condiciones, no podría de¬cirse que la Argentina, se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se lo¬ma la libertad de imponer a los dominios británicos semejantes humillaciones. Los dominios británicos tienen cada uno su cuota y la administran ellos. La Argentina es la que no podrá administrar su cuota". Además la Argentina admitía quitarle los derechos de importación al carbón ingles (perjudicando en ese mo¬mento al petróleo argentino y a la recaudación imposi¬tiva nuestra) y a varías manufacturas británicas; ciarle trato benévolo a las inversiones británicas (es decir, fa¬vorecerlas en relación a las propias o a las norteameri¬canas); contratar préstamos en Inglaterra para que las empresas inglesas en la Argentina pudiera remitir a Gran Bretaña sus ganancias (no lo podían hacer debi¬do a que por la crisis nos faltaban divisas en el país) -es decir, nos endeudábamos para que se beneficiaran las empresas británicas, en lugar de exigirles que invir¬tiesen sus utilidades en nuestro país—. Pero lo más vergonzoso es que se admitieron cláusu¬las secretas en el tratado, concediendo beneficios que por lo infames no se podían decir abiertamente. Una de ellas fue la Coordinación de Transportes. Los ingleses poseían en nuestro país subterráneos y trenes, pero los argentinos habían inventado el colec¬tivo que les hacía competencia. Algunos taxistas, que tenían pocos clientes y mucho ingenio, habían ido es¬tableciendo recorridos fijos y aumentando el tamaño del vehículo, haciéndose muy populares por el precio de su boleto, por tener mayor frecuencia y amplitud de horario, y por comprender numerosos trayectos. Para beneficiar a la compañía británica propietaria del Subte "A" se le concedió por ley el -monopolio por 56 años de los transportes urbanos, transformando a los antiguos dueños de colectivos en peones o emplea¬dos. Con el escándalo que se desató, esta ley no tuvo mayor aplicación.
La otra cláusula secreta establecía la creación cíe un Banco Central Mixto dónele se le otorgaba a la ban¬ca privada de capital predominantemente británico el control financiero del país. El Banco Central que se creaba le imponía al Estado obligaciones (debía poner la mitad de los capitales) pero no derechos: no tenía poder cié decisión (sólo cinco directores entre doce) ni la capacidad de tomar préstamos para el gobierno na¬cional, provincial o municipal. En suma, protegía los intereses privados para que el Estado no los perju¬dicara, y favorecía el endeudamiento externo del país.

Discurso de Lisandro de la Torre en el Congreso (junio de 1935)
I...] Se pretende negarme imparcialidad, para anular así la fuerza que irradia las puras verdades que difundo, y se dice que estoy solo. Eso puede ser cierto: estoy solo enfrente de una coalición formidable de intereses; estoy solo enfrente de empresas capitalistas que se cuentan entre las más poderosas de la tierra; estoy solo enfrente de un gobierno cuya mediocridad en presencia del problema ganadero, asombra y en¬tristece: y así, solo, me batiré en defensa de la industria argentina esquilmada e inerme"
La tragedia del 23 de julio en el Senado
(Fragmentos del artículo publicado en el diario El Mundo del 24/7/1935)
[...] En momentos en que el senador por Santa Fe lanzaba sus dicterios contra el ministro de Hacienda, doctor Pi¬nedo, el colega de éste, ingeniero Duhau, se incorpora y adelantándose hacia el legislador interpelante, co¬locándole la mano sobre un hombro -para contenerlo- provoca la pérdida del equilibrio en el doctor De la Torre, quien cae entre la doble fila de bancas del sector de la izquierda. [...] Al ver que el jefe de su partido rodaba por el suelo, el senador electo por Santa Fe, doctor Enzo Bordabehere, que seguía con un grupo de personalidades prominentes de esa provincia la interpelación, se adelantó hacia el sitio donde se había pro¬ducido el incidente. No es posible establecer si los móviles de Bordabehere con este movimiento eran auxi¬liar al líder de su partido, entonces todavía en el suelo, o agredir de hecho al Ministro de Agricultura que ha¬bía provocado su caída.
Fue éste el momento elegido por el agresor para consumar el bárbaro atentado. En. efecto, en ese instante se escucharon en el recinto cuatro detonaciones producidas por disparos de revólver, y al amparo de la enorme confusión que se produjo entonces, el autor de los disparos trató de huir, pero poco más tarde era detenido en la sala de los taquígrafos.


Fuente: Alonso Maria y Otros., “Historia Argentina del Siglo XX”, Aíque, 1997.

La "legalidad" en la Década Infame

Grupo 2: La "legalidad" en la Década Infame

1. Autoritarismo y fraude
Los militares que dieron el golpe (encabezado por Uriburu y Justo) tenían dos ideologías dis¬tintas y un objetivo en común: derrocar a Yrigoyen. Evidentemente, el golpe era totalmente ilegal (por contravenir la Constitución) e ilegítimo (por no haber surgido de la mayoría de la población). La Suprema Corte de Justicia trató de legalizar el gobierno de facto aduciendo razones "de orden público", reconociendo a las nuevas autoridades como un "gobierno de hecho" y dando validez a sus actos "cualquiera pueda ser el vicio o deficiencia de sus nom¬bramientos o de su elección".
A José Félix Uriburu no le interesaba demasiado la Constitución, sino que su intención era modificar el sistema parlamentario representativo por uno corporativista: quienes estuvieran en el Congreso deberían ser "delegados cíe las fuerzas vivas de la Nación" (es decir, ya no surgiría su nominación de los partidos políticos, sino que debían ser propuestos por los gru¬pos de poder que el gobierno considerase importantes -Ejército, Iglesia, sindicatos, empre¬sas-. Es decir, quería reemplazar el sistema democrático por uno fascista, pero no tuvo apo¬yo suficiente para imponerlo. Había disuelto el Congreso Nacional e intervenido las provin¬cias, hecho que fue aceptado como situación provisoria por los otros golpistas. Pronto fue presionado por el sector liderado por Agustín P. Justo, que prefería la fachada liberal, con¬vocando a elecciones para la restauración del Congreso y de los gobiernos provinciales. Cuando Uriburu pensó que el radicalismo ya no tenía suficientes adeptos, convocó a eleccio¬nes libres el 5 de abril de 1931. Se equivocó: ganó el radicalismo. Uriburu anuló los comi¬cios, porque no había hecho el golpe de Estado para admitir a los radicales nuevamente en el gobierno, aunque fuera el provincial. Es por ello que al convocar nuevamente a eleccio¬nes -esta vez presidenciales- vetó el nombre de Marcelo T. de Alvear y se preocupó de ase¬gurar los resultados por medio del fraude.
Durante su gobierno, los jueces opositores fueron exonerados. Los militares participantes fue¬ron ascendidos y los defensores de la legalidad fueron castigados con prisión o destitución. El estado de sitio duró por primera vez un año y medio. Se implantó la "ley marcial", reimplantando la pena de muerte. Se clausuraron diarios y se puso en prisión al director del periódico Crítica (Na¬talio Botana). A los opositores se los castigó con la cár¬cel, que muchas veces incluía torturas. Se deportaron ciudadanos. Se intervinieron doce provincias, caducan¬do los tres poderes en las mismas, También fueron intervenidas las Universidades, reduciendo su presu¬puesto y nombrando profesores por decreto. Con el fraude llegó al gobierno el 20 de febrero cíe 1932 el general golpista Agustín P. Justo, siendo su vicepresi¬dente el hijo del ex presidente Julio A. Roca, que se lla¬maba como su padre. Las elecciones de 1937 tuvieron esas mismas características, y por medio de la violencia y el fraude asumieron la presidencia Roberto M. Ortiz y la vicepresidencia Ramón S. Castillo. Éste debió hacerse cargo del gobierno en 1940 debido a licencia por enfer¬medad de Ortiz (que muere en 1942).
Ortiz había que¬rido comenzar a limpiar los procedimientos electorales, y desde su lecho de enfermo denunció la permisividad de Castillo frente al fraude en las elecciones provincia¬les. Ramón Castillo prefería los métodos que aseguraran la continuidad al régimen oligárquico: proponía como presidente al terrateniente Robustiano Patrón Costas. Es por eso que, en el año cíe las elecciones, un grupo de oficiales nacionalistas, el GOU -del que hablaremos en e) próximo capítulo-, lleva adelante un golpe militar de signo ideológico opuesto al que detentaba el poder.
El gobierno permitió y estimuló la formación de una fuerza armada privada, llamada Legión Cívica, desde 1931- Les garantizaba instrucción militar y armamento, y les otorgaba la facultad de intervenir "en defensa del orden público amenazado o alterado"-.
Sus objetivos, establecidos en 1934, eran colaborar con la autoridad para mantener la seguridad pública y el orden interno, y trabajar por la "argentinidad y el culto a la patria", lu¬chando contra todo factor que atente contra la "unidad social y moral del pueblo argentino". En la práctica, su razón de ser estuvo en la represión de los conflictos obreros y en la implementación del frau¬de electoral. Lo podía formar cualquier patrón dueño o encargado de diez mil hectáreas, que así podría ser de¬signado comisario auxiliar y nombrar subalternos, teniendo dentro de sus propiedades las mismas atribucio¬nes que la policía. Por supuesto, evitaban con esto cual¬quier protesta de los trabajadores, y además se asegura¬ban el resultado cíe las elecciones: sólo podían ser ele¬gidos quienes contaran con una fuerza armada capaz de alejar a los opositores y de cambiar las urnas si fuera necesario. De este modo, existían legiones en los viñe¬dos mendocinos, en las minas, en La Forestal (empresa inglesa que dominaba el bosque chaqueño, que emitía su propia moneda, enarbolaba bandera extranjera en territorio argentino y dentro de la cual no podían entrar fuerzas policiales o militares regulares.).
2. La "Sección Especial" de la policía
Con posterioridad al golpe del 6 de septiembre se co¬mienzan a escuchar voces de protesta, que son acalladas en los sótanos cíe la Penitenciaría de Buenos Aires. Allí son torturados presos sociales y opositores al régimen. En 1931 se crea la sección "Orden Político" para repri¬mir con más método. Uno cíe sus jefes y organizadores fue el argentino Leopoldo Lugones hijo, tristemente cé¬lebre por haber inventado mundialmente la "picana", utilizada para torturar con electricidad. Éste ordenaba los tormentos pero no asistía a las sesiones, entre los que sí se contaban el ministro del interior Sánchez Sorondo y el coronel Juan Bautista Molina. Trataban cié aniquilar la voluntad del sometido a suplicios, averiguando el nom¬bre de otros opositores e imponiendo el terror. No bus¬caban en general la muerte de las víctimas, excepto en los casos de los anarquistas Di Giovanni y Scarfó, fusila¬dos después de haber sufrido terribles castigos.

Fuente: Alonso Maria y Otros., “Historia Argentina del Siglo XX”, Aíque, 1997.

La crisis de 1930

Grupo 1: La crisis de 1930

1. ¿Qué medidas tomó el gobierno de facto con respecto a la crisis?

En primer lugar, reabrió la Caja de Conversión, por lo que se deterioró el peso, y lo devaluó. En segundo lugar, decidió seguir pagando la deuda ex¬terna —en un momento en que se debería haber pen¬sado en el propio país— y para ello rebajó los sueldos de los empleados públicos.
En tercer lugar, trató de proteger las ganancias de los empresarios productores. Era una situación difícil, por¬que nosotros no fijábamos los precios de los produc¬tos que comprábamos y vendíamos, sino que se fijaban en el extranjero. Los países "del primer mundo" au¬mentaron los precios de los artículos industriales -que ellos vendían- y bajaron los precios de las materias pri¬mas -que nos compraban a nosotros- pero, además, por la recesión, disminuyeron la cantidad global de compras que nos hacían.
Se habían acumulado muchas mercaderías en nuestro país que no se podían vender; la consecuencia de esto debía ser la baja de los precios de los mismos, y la me¬nor ganancia o la pérdida de dinero por los empresarios. El gobierno formó Juntas Reguladoras de los distintos productos, para limitar la producción, controlar la comercialización y eliminar el excedente de las cosechas. Para poder hacerlo, pusieron un impuesto especial a la venta de esos productos, con lo que el consumidor es¬taba obligado a pagar la parte que se destruía. Es decir, en un momento en que había muchísima gente desocu¬pada, sin pan y sin trabajo, se estaba subsidiando a les empresarios para que no tuvieran perdidas, destruyen¬do el alimento que les faltaba a los más pobres. Se tiró vino en las acequias, se quemó trigo y maíz en las cal¬deras de los ferrocarriles o de las fábricas, se arrancaron hectáreas de viñedos para que no hubiera superproduc¬ción, provocando la desertización de algunas regiones.

2. La industrialización
Una de las consecuencias positivas de esta política fue la industrialización por sustitución de importaciones. No fue algo planificado, pero como no había divisas para importar, y los precios de las ma¬nufacturas extranjeras habían aumentado mientras que nuestras materias primas habían des¬cendido en su rentabilidad, la industria comenzó a ser una inversión rentable. Las industrias surgieron alrededor de las grandes ciudades, donde comenzaron a asentarse precariamente pobladores que venían por la crisis del interior a buscar trabajo.
Además de la derivación de capitales nacionales del agro a la industria, vinieron capitales ex¬tranjeros. Éstos dominaron en forma casi monopólica la industrialización del país: frigoríficos, usinas eléctricas, compañías de gas, cemento, armado de automotores, elaboración de artícu¬los cíe caucho, seda artificial, tabaco, petróleo, conductores eléctricos, radiotelefonía, farma¬céutica, galvanización de chapas de hierro, ascensores, etcétera. Federico Pinedo, ministro de Hacienda, admitió que era abogado o asesor de todas las grandes empresas del país, defen¬diendo sus intereses.

Glosario:

Devaluación significa que baja el valor de una moneda con respecto a las de¬más. Beneficia a los exportadores, por¬que se abaratan sus costos en moneda nacional, y reciben proporcionalmente más pesos por sus exportaciones. Obsta¬culiza las importaciones, porque cuestan más pesos los productos importados. Y perjudica al pueblo en general, porque su sueldo vale menos, y baja el nivel de vida de la población.
Recesión es el retroceso en la situación económica de un país, por medio de la cual baja la producción y aumenta el de¬sempleo.
El veto es la atribución que tiene el presi¬dente, en nuestro país, para impedir que se promulgue una ley que no cuente con los dos tercios de ambas cámaras. El tipo de veto aplicado por Uriburu era inconsti¬tucional.
Fascista es el nombre del partido fundado por Mussolini. que impero en Italia entre 1922 y 1945. Por extensión, designa a un tipo de ideología autoritaria, y se aplica a los gobiernos de otros países como el de Alema¬nia {nazismo}. También existieron movimien¬tos de ese Upo en muy diferentes lugares: Bélgica, Gran Bretaña, Rumania. Muchos utilizan el término "fascista" en forma poco exacta, para designar a casi cualquier régi¬men represivo.
Sus objetivos fueron la destrucción de los partidos de izquierda (comunista, socialis¬ta}; evitar la independencia del movimiento obrero, sometiendo su voluntad a la del Es¬tado; el enardecimiento del sentimiento na¬cionalista, tendiente a la expansión de la propia nación sobre otras. Eran, como los liberales, defensores del ca¬pitalismo, pero no confiaban como ellos en la democracia, porque ésta le podía dar el triunfo a las ideas socialistas, enemigas del capitalismo. Su base social estaba en las clases medias, y contaban con el apoyo y la movilización de grandes masas de pobla¬ción. Para lograrlo utilizaban recursos dema¬gógicos: hacer escuchar al pueblo lo que és¬te deseaba oír, explotando la credulidad po¬pular para servir a sus propios fines. No per¬mitían la libertad de expresión, ya sea políti¬ca, social, gremial o cultural. La "voluntad de la nación" no estaba encarnada en la su¬ma de voluntades individuales a través del voto, sino en las voluntades de las distintas corporaciones (ejército, empresas, gremios, etc.) o, mejor aún, en la voluntad del líder, hacia quien se fomentó un culto desmesura¬do. En aras de imponer esa "voluntad de la nación" estaba permitido el uso de la violen¬cia y de todo tipo de coerción.
El fascismo aparece en América Latina alre¬dedor de 1930, debido a la atracción que sig¬nificó para el pensamiento autoritario el éxito que estos movimientos estaban teniendo en Europa. Al cuestionar el fascismo al sistema de ideas liberales, pensadores progresistas (como por ejemplo los que estaban agrupados en FORJA) llegaron a respaldar en algún mo¬mento sus postulados porque en nuestro con¬tinente el liberalismo justificaba al imperialis¬mo, o a la dominación de la política por un pequeño grupo oligárquico. Con la derrota del fascismo en Europa en 1945, los movimien¬tos fascistas comenzaron a perder fuerza.

Fuente: Alonso Maria y Otros., “Historia Argentina del Siglo XX”, Aíque, 1997.

martes, 31 de agosto de 2010

Triunfo de la UCR en 1916. 1º B

Triunfo de la UCR en 1916

Introducción

En las elecciones de 1916 triunfó la Unión Cívica Radical resultando elegido presidente Hipólito Yrigoyen. A partir de entonces se abriría una serie ininterrumpida de tres presidencias radicales, la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen (1916-1922), la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear (1922-1928) y la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen (1928-1930). Esta última fue interrumpida por un golpe de estado militar producido el 6 de septiembre de 1930, encabezado por el general José Félix Uriburu.



Principales decisiones adoptadas por el Presidente Irigoyen


Durante su gobierno La decisión más destacada fue la creación en 1922 de la empresa estatal petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que en el futuro sería la más grande del país y llegaría a emplear 50.000 trabajadores. Yrigoyen designó al General Enrique Mosconi al frente de la misma, y abrió toda una línea de políticas económicas nacionalistas y anti-monopolio. Desde entonces el radicalismo haría de YPF una bandera ideológica.
A su vez logró que se sancionasen una serie de leyes de arrendamientos rurales para proteger a los colonos y chacareros frente a los grandes propietarios de tierra. En el mismo sentido reorganizó el Banco Hipotecario Nacional para apoyar con crédito subsidiado a los pequeños propietarios rurales. En 1918, por primera vez, el Estado intervino como vendedor único de la cosecha de cereales en el exterior.
Yrigoyen creó la Marina Mercante Nacional. Impulsó también una política de expansión y fortalecimiento de los ferrocarriles estatales, y se enfrentó con las poderosas empresas ferroviarias extranjeras al vetar la ley de formación de una empresa de ferrocarriles mixta, sancionada por la oposición. Realizó el llamado Tren de las Nubes (Huaytiquina), del Ferrocarril General Belgrano, conectando Salta con el océano Pacífico en Antofagasta (Chile), a través de la cordillera de los Andes, una gigantesca obra de ingeniería.
Durante el gobierno de Yrigoyen estalló en Córdoba el movimiento de Reforma Universitaria de 1918. Varios jóvenes radicales participaron en el movimiento como Gabriel del Mazo, uno de sus líderes principales. Yrigoyen apoyó los reclamos de autonomía universitaria y cogobierno estudiantil y aprobó los primeros estatutos reformistas.
Tambien asi Mantuvo la neutralidad en la Primera Guerra Mundial pero con fuertes reclamos a los países beligerantes de ambos bandos.
En 1917, convocó a un Congreso de Naciones Latinoamericanas no beligerantes para fijar una posición común frente a la Primera Guerra Mundial, que fracasó debido a la fuerte oposición de Estados Unidos.
Frente al Tratado de Versalles y la creación de la Sociedad de Naciones, la posición argentina fue sostener la separación entre ambos actos: el Tratado era una cuestión que debería limitarse a los países que lucharon, mientras que la Liga de las Naciones, por el contrario, debería ser una asociación igualitaria y voluntaria de todas las naciones del mundo. El rechazo de la posición argentina, fundamentalmente impulsado por las naciones imperiales europeas, en una época en que los pueblos de África y Asia aún continuaban gobernados por el colonialismo europeo, llevó a un polémico retiro de la delegación nacional.

Resultado de las elecciones de 1916

Partidos Votos

U.C.R 339.332

Partido conservador 153.406

Partido Demócrata Progresista 123.637

Partido socialista 52.825

Radical disidente 28.267

Otros 26.256

Total 723.793

viernes, 27 de agosto de 2010

Conflictos Obreros entre 1919 y 1921 en Argentina. 1º B

Introducción:

El movimiento obrero argentino tiene una larga, apasionante y compleja historia de luchas. Fue iniciado poco después de la mitad del siglo XIX, tanto por la comunidad de obrerosafroargentinos como por grupos socialistas y anarquistas llegados en la gran inmigración europea. En el curso del siglo XX desarrolló grandes y poderosos sindicatos de industria que pusieron a la clase obrera como protagonista de la historia argentina y al mismo tiempo fue objeto de grandes persecuciones y matanzas. Desde fines del siglo XX, la globalización ha afectado al movimiento obrero argentino e impulsado nuevas iniciativas y debates con el fin de reorganizarse para enfrentar los nuevos desafíos que enfrentan los trabajadores en el siglo XXI.

Espacio de desarrollo de los conflictos obreros durante la primera gestión de Irigoyen:

Semana Trágica
Se conoce como la Semana Trágica a una serie de disturbios que sucedieron en enero de 1919, durante el gobierno de Hipólito Irigoyen, sucede la Semana Trágica, en Buenos Aires ; reprimidos por grupos para militares que dejaron un saldo de 700 muertos y 4.000 heridos, 70 de los cuales pertenecían a la comunidad judía local. Por ello también se la conoce como "el primer pogrom en América Latina".
Para esa época estaba viva entre los obreros la llama de la revolución social; corrientes de pensamiento revolucionario socialista y anarquista habían llegado a las costas del Río de la Plata de la mano de la abundante inmigración europea. Las recientes experiencias de la Revolución mexicana y la Revolución Rusa eran además vistas como un estímulo por los obreros y como una amenaza por las clases dominantes. Simultáneamente, se daba en Buenos Aires un incipiente proceso de industrialización en forma paralela al modelo agroexportador imperante, lo que permitió la formación de un proletariado urbano.

Patagonia rebelde

La Patagonia rebelde o la Patagonia trágica es un evento protagonizado por los trabajadores anarcosindicalistas en rebelión de la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia Argentina y que fueron reprimidos por el Ejército Argentino en el año 1921 por orden de Hipólito Yrigoyen.
Causas y consecuencias de dichos enfrentamientos

Semana Trágica
En enero de 1919, durante el gobierno de Hipólito Irigoyen, sucede la Semana Trágica, uno de los hechos más importantes de la historia del movimiento obrero argentino y más violentos de la historia argentina. El hecho se desencadena a raíz de la muerte de un policía en el marco de una huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena, que es respondida con el asesinato de 4 huelgistas. La FORA declara entonces una huelga general. El conflicto escala en violencia hasta llegar a una situación de represión ilegal generalizada con el surgimiento de fuerzas parapoliciales que convirtieron a los barrios obreros en zona de guerra durante una semana. Se ha estimado en 800 los trabajadores muertos y más de 50.000 detenidos, en aquellas jornadas.

Patagonia rebelde

Alrededor de 1.500 obreros fueron fusilados por el Ejército Argentino en el transcurso de estas rebeliones, convirtiéndose en una de la más injustas y vergonzosas muestras de autoritarismo en democracia en la historia del país.
Las causas de las huelgas dichos enfrentamientos fueron despidos, pagos en vales, hacinamiento en las viviendas, arbitrariedad patronal y ausencia de autoridad pública.Bibliografía:


http://es.wikipedia.org

http://www.oni.escuelas.edu.ar